domingo, 13 de mayo de 2012

Las antiguas usinas inglesas del río Ctalamochita


Los edificios de las usinas inglesas del río Ctalamochita representan el único testimonio del primer proyecto hidroeléctrico de la zona. Uno de ellos alberga el museo municipal de Embalse. Otro, el que corrió con la peor suerte, está sumergido en el lago Piedras Moras. Y finalmente, el menos conocido, perdido en los laberintos del monte serrano y del tiempo, se yergue orgulloso, conservando gran parte del esplendor pasado.

por Cristian Basualdo

A comienzos del siglo XX el río Ctalamochita era conocido por los lugareños como río Grande (1). Este curso de agua, calmo y ancho, en época de lluvia dejaba su mansedumbre para transformarse en una incontenible masa de agua que arrasaba todo cuanto encontraba a su paso, especialmente río abajo en la zona del llano, donde provocaba grandes pérdidas a las actividades agropecuarias.

Alertados sobre este problema, y conociendo los beneficios obtenidos en Almafuerte debido al aprovechamiento del río por medio de los canales de riego ideados por el doctor Pedro C. Molina, los responsables de la compañía inglesa que construía el tramo Buenos Aires-Almafuerte del Ferrocarril Central Argentino, vislumbraron el enorme negocio que significaría transportar los granos de las cosechas de la zona si se lograba controlar al impetuoso del río (2).

El personal técnico de la compañía aconsejó construir un dique de contención en la zona conocida como la Quebrada del río Tercero. El proyecto inglés fue elevado al Gobierno Nacional y estudiado por la Dirección Nacional de Irrigación. Contemplaba la construcción de un dique tipo gravedad para el almacenamiento de 291 millones de metros cúbicos de agua en el paraje conocido como El Pueblito; una presa niveladora 15 kilómetros río abajo; dos canales principales para riego de ambas márgenes y, como complemento, una red de canales secundarios en la zona a beneficiarse.

Para el funcionamiento de las maquinarias durante esta construcción, se proyectó una usina hidroeléctrica con una potencia de 1.000 HP, en el paraje conocido como El Salto o La Cascada (3), distante unos 19 kilómetros aguas abajo de la presa principal. Sus instalaciones quedaron bajo el agua al formarse el lago de Piedras Moras en la década de 1970 (4). El edificio principal se encuentra en buenas condiciones a pesar del paso del tiempo y la acción del agua. Se asoma el techo a la superficie del lago y es un lugar utilizado para actividades de buceo (5).

Edificio principal de la ex usina La Cascada


Por Ley Nacional Nº 6.546 el Poder Ejecutivo de la Nación contrató la construcción de estas obras a la empresa inglesa. En el artículo 5 de esta ley se detallaba que la citada empresa debía construir las obras a costo real, sin ninguna otra utilidad que la que le proporcionaría luego el aumento de tráfico en sus líneas, producida por el mayor rendimiento de los nuevos terrenos de cultivo.

En 1911 se instalaron campamentos en los parajes El Pueblito, Dique nivelador y La Cascada. Se limpiaron las laderas de la garganta del río excavándose para las fundaciones del dique, se construyó un pequeño muro de contención y un túnel para desviar las aguas de estiaje del río. Como así también se fabricaron bloques de cemento para conformar la presa.

Pero hacia 1914 el proyecto fue abandonado. Hay quienes sostienen que el motivo fue el comienzo de la Primera Guerra Mundial, otros opinan que los mismos ingleses habrían visto la  inconveniencia del sistema de bloques ante un río de semejante fortaleza. Lo cierto es que la obra se paralizó, y en 1916 el Gobierno Nacional rescindió el contrato de construcción con el Ferrocarril.

Los edificios tenían tres niveles y arquitectura inglesa típica de la época, fueron construidos con grandes piedras y cemento. El que alberga al museo municipal "Ingeniero Juan Carlos Alba Posse", ubicado en el actual barrio Casitas, fue proyectado como sub estación transformadora, y desempeñó esa función desde 1927 hasta 1936 (6). Si bien no era una usina generadora de electricidad, en algún período de su historia el edificio era denominado como la "usina negra", actualmente se hace referencia al mismo como la "sub usina".

Museo municipal "Ingeniero Juan Carlos Alba Posse"

Una función similar, sub estación transformadora, habría tenido el edificio ubicado en las cercanías del lago de la presa Ingeniero Benjamín Reolín, más conocida como Tercera Usina. Es interesante la comparación entre la imagen superior y la inferior. Los edificios son casi idénticos, la diferencia está en el entorno, uno es un paisaje urbano y el otro rural.

Don Ernesto Chiavassa, recopilador de datos históricos de la zona, contó que los ingleses: "Construyeron una usina de piedra en el lugar denominado El Salto, de donde obtenían la energía necesaria para la construcción del dique. Luego construyeron una sub usina en la margen oeste del actual lago de la Tercera Usina, donde, aparentemente, se habría pensado levantar un muro de contención, idea desechada posteriormente. por último, una segunda sub usina a metros de donde se construiría el dique que embalsaría las aguas del río Tercero" (7).

La usina menos conocida

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El lago de la presa Ingeniero Benjamín Reolín, visto desde el interior de la usina


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Referencias
  1. El río Grande pasó a llamarse río Tercero, para cambiar posteriormente por su nombre actual río Ctalamochita.
  2. Los ingleses conocían la furia del río desde antes de 1910, cuando las crecidas les habían arrasado terraplenes y vías en Río Tercero y Villa María.
  3. En la primera mitad del siglo XVII se levantó la estancia El Salto, propiedad de la familia Molina. Dicha estancia tomó su nombre de un accidente natural del río Ctalamochita, donde el caudaloso cauce se precipitaba desde una considerable altura entre enormes rocas. El lugar era paso obligado del tránsito hacia el Alto Perú. En 1829, sobre la ribera norte el general José María Paz esperó con sus tropas la llegada de Facundo Quiroga. El enfrentamiento no se produjo porque este último viró rumbo noreste.
  4. La misma suerte corrieron el resto de los edificios de El Salto, bajo las aguas quedaron la iglesia, el cementerio, las casas del poblado  y un antiguo puente.
  5. En la planta baja se ve lo que antes fue la sala de máquinas. Un piso más arriba, buceando por las escaleras, se llega a la sala de tableros. Ya en el segundo piso, se ven las antiguas salidas de alta tensión. A unos 150 metros, se topa con el paredón del antiguo dique, donde todavía se puede leer en el viejo muro el año de construcción: 1914. Más adelante se encuentran las dos grandes compuertas de madera, y el túnel que desemboca en un canal que llega hasta el edificio, gira en ángulo recto y termina en una compuerta de madera, que servía como desarenador. Desde ese canal, cuando la usina trabajaba a toda máquina se producía un salto de agua que caía en cuatro pozos, en el fondo de los cuales, se encontraban asentadas las turbinas.
  6. Año en que comenzaron a producir electricidad las instalaciones del segundo proyecto hidroeléctrico dirigido por el ingeniero Santiago Fitz Simon.
  7. Gladys B. Matar, Elsie S. Rodríguez, Eduardo J. González, Jerónimo E. Oyola, "Las historias de El Talita, Embalse, De la sociedad pastoril a Capital de la Energía", marzo 2012, pg. 29.

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